El metro de donostialdea (San Sebastián y los pueblos colindantes o metropolitanos) está en marcha. Se calcula que las obras del proyecto completo terminarán para mediados del año 2017. Una gran labor de ingeniería, soterramientos y excavaciones enormes que requieren mucho tiempo y mucha inversión económica. Demasiado dinero público para un proyecto que gran parte de los ciudadanos no respalda. La decisión de construir todos los tramos previstos está aprobada por el Gobierno Vasco y la Diputación de Guipúzcoa y hace tiempo que esta última lleva realizando trámites y gestiones para agilizar el proceso. San Sebastián será Capital Europea de la Cultura en 2016 y todo apunta a que la elaboración del metro es una consecuencia de tener que representar dicha titularidad.
Una ciudad de menos de doscientos mil habitantes no requiere de un metro. No es que no pueda, es que no lo necesita. No sólo por el tamaño de la ciudad, sino porque la red de autobuses de transporte público que existe abarca las necesidades de la población sin problema. Los donostiarras están satisfechos con el servicio que proporcionan y lo valoran con 7.6 sobre 10. Además, su línea de autobuses urbanos es considerada por los europeos como una de las más rápidas y eficaces.
Si el transporte público funciona correctamente, no se entiende el motivo que arrastra a los políticos a gastarse semejante dineral en este proyecto faraónico. Ni siquiera los expertos económicos saben cuándo acabará la crisis y el metro no será rentable hasta al menos cuatro años después de la finalización de la obra. Se prevé que en 2020 la inversión realizada y los costes de explotación se autofinanciarán entre un 64% y un 75%, cuatro años después de su puesta en marcha. Es una inversión que, de ir la situación económica a peor, puede quedarse a medio hacer. O peor aún. Puede llegarse a realizar y que luego no sea viable por la poca utilización que le den los donostiarras.
El futuro metro de donostialdea unirá el corredor urbano de Lasarte hasta Irún, pasando por la capital. No es más que una extensión de la actual línea de Eusko Tren, que ya une estas dos localidades. Lo que provoca el cambio del nombre Eusko Tren por el de metro es la pasante ferroviaria que se construirá por el centro de la ciudad, con 4 nuevas estaciones. Los impulsores del proyecto defienden que precisamente porque el metro se introduce hasta el centro de San Sebastián, el número de usuarios se dispararán. En la actualidad la línea ferroviaria tiene 7 millones de viajeros al año. Con el nuevo proyecto, se estima que se llegará a los 30 millones de usuarios y el servicio se extenderá al 80% de la población guipuzcoana, mediante el intercambiador con Renfe que se construirá en la estación donostiarra Riberas de Loiola. Todo un reto por lograr en menos de 5 años.
De momento en este blog les presento cuáles son las estaciones que en la actualidad entran en la red ferroviaria del metro de San Sebastián así cómo una mañana en una de ellas, Amara, para mostrarles el tránsito que ella tiene. También presento cuáles han sido algunas de las disputas más corrientes entre los políticos y administradores del proyecto. Además, vota en la encuesta y opina si crees que el proyecto de las estaciones en el centro será viable o no.